¿Sabías que un 60% de la
energía consumida en una casa se va con la climatización? Muchísimo más que en
iluminación o electrodomésticos.
Ese elevado gasto se
distribuye en dos épocas: verano con el aire acondicionado e invierno (la que
se lleva la mayor parte) con la calefacción y el agua caliente. Por lo tanto,
para intentar ahorrar, nada mejor que atacar aquello que se lleva la mayor de
nuestro dinero, es decir, la calefacción. Ya tendremos tiempo luego de reducir
otros gastos que resulten menos gravosos para nuestro bolsillo.
Os traemos ocho consejos
que, de seguirlos, seguro que harán que las temidas facturas del gas y la luz
sean mucho más llevaderas. Algunos ya los conocéis (y practicáis), pero seguro
que hay otros que os podrán ayudar.
Temperatura.
- Es una locura que en
verano, con poca ropa, pongamos el termostato a 19º y que en invierno, bien
abrigados, lo subamos a 24º. ¿Verdad? En casa no se deben sobrepasar nunca los
22 º (incluso con niños pequeños). Lo ideal es rondar los 19º o 20º y por las
noches, en los dormitorios, quedarse en menos de 17º. Dormiréis mucho mejor y
podréis usar ese edredón tan chulo que os regalaron el año pasado.
- Lo peor que se puede hacer
es no mantener constante la temperatura. Las subidas y bajadas es lo más caro;
aumentar un grado la temperatura de una casa supone un aumento del consumo del
7%.
- Apaga la calefacción por
la noche y no la enciendas por la mañana hasta haber ventilado tu hogar y cerrado
las ventanas. Por cierto: con diez minutos es suficiente para que el aire se
renueve; ni se te ocurra tener toda la mañana abierto como hacían nuestras
abuelas.
- Instala un termostato: no
vas a estar todo el día mirando el termómetro para saber si se ha alcanzado la temperatura
ideal. Se puede ahorrar con él hasta un 15% de la energía. Y también es
preferible usar un programador horario para que los radiadores se pongan en
marcha a la hora que tú creas más conveniente.
- Un buen aislamiento supone la mitad del éxito en el ahorro. Si es necesario, coloca dobles ventanas o doble acristalamiento; aunque suponga un elevado gasto inicial, con el tiempo ganarás mucho más dinero del que hayas gastado. Además, detecta posibles corrientes de aire y lucha contra ellas con todos los medios a tu alcance: sella las ranuras con silicona o masilla, coloca burletes… lo que sea para que no escape por ellas un 20% de la factura energética.
- Si no utilizas alguna
habitación de tu casa, ¿qué hace su radiador encendido? Apágalo y cierra la
puerta, que no es lo mismo calentar 120 metros cuadrados que 80.
Agua caliente.
- La temperatura del agua
con la que te sentirás más cómoda está entre los 30º y los 35º. Cualquier grado
de más solo provocará que te apartes para no quemarte.
- Lo mejor para tener un
buen caudal de agua a una temperatura agradable y constante es utilizar un
termostato: puede ayudarnos a ahorrar hasta un 6% de energía. Existen grifos
con luces led (sin ningún consumo) que cambian de color según la temperatura
del agua y que ayudan a utilizar antes el agua cuando alcanza los grados idóneos.
- Si tienes dos manecillas
o, peor aún, dos grifos independientes para el agua fría y la caliente,
cámbialos pon un monomando con un solo grifo. Aparte del ahorro en agua
caliente, ¿te imaginas el tiempo que ganarás
y los disgustos que te quitarás?
Puedes conseguir más
consejos en la web de la compañía de geotermia Bleninser y en la página
especializada en el cuidado del hogar y en la gestión de reparaciones Reparalia.
1 comentario:
Un excelente post para ayudar a ahorrar en invierno y más ahora que aun quedan unos cuantos meses hasta que se vaya el frío del todo, enhorabuena por el blog
Publicar un comentario